Los pilares del tratamiento de los problemas digestivos I

El tratamiento de los problemas digestivos más comunes tiene 3 pilares fundamentales:

  • Cuidados generales que mejoran la salud general del intestino. Se tratan de medidas no específicas de ninguna enfermedad en concreto, pero que nos van a ayudar a que la salud de nuestro intestino sea la óptima y a que los otros tratamientos sean más efectivos.
  • Tratamiento específico de cada trastorno. Si las medidas generales no ayudan a resolver el trastorno concreto, habría que plantear tratamientos específicos. Por ejemplo, antibioterapia en SIBO, tratamiento de la gastritis o la esofagitis con suplementos o fármacos, etc.
  • Manejo de los síntomas. Mientras que empiezan a hacer efecto las otras medidas, en muchas ocasiones hay que aportar herramientas para poder mejorar los síntomas.

Aunque parece que son tres apartados muy definidos, en realidad se entremezclan y no siempre es fácil dónde empieza uno y dónde termina otro. Pero esta clasificación nos ayuda a entender el proceso. En el blog encontrarás entradas sobre el tratamiento de condiciones específicas (gastritis, esofagitis, insuficiencia pancreática…) y sobre algunos suplementos que ayudan a la digestión y sanan el intestino. En esta entrada y las siguientes me gustaría contextualizar cuándo y por qué se utiliza cada cosa.

Como comentaba, los cuidados generales pretenden mejorar el ecosistema del intestino para promover su salud y facilitar la efectividad de otros tratamientos. Para algunas personas incluso, pueden ser suficientes y no necesitar otras medidas. Dentro de estos cuidados encontramos:

  • La dieta
  • Estilos de vida
  • Soporte a la digestión

Antes de implementar medidas más específicas y agresivas, empezamos ajustando la dieta.
Lo primero que hay que hacer es lo que muchas nutricionistas denominan limpiar la dieta. Es decir, eliminamos aquellos alimentos, por llamarlos de alguna manera, que no tienen valor nutricional y perjudican nuestra salud. ¿Qué alimentos son estos? Seguramente lo estés imaginando: alimentos procesados, con colorantes artificiales, potenciadores de sabor, grasas trans, azúcares, etc.
Una vez se ha limpiado la dieta, algunas personas necesitan pasar al siguiente nivel e implementar algún tipo de dieta terapéutica en las que se eliminan alimentos que pueden resultar problemáticos para personas con problemas digestivos. En este sentido hay varias opciones: las dietas eliminación de alimentos inflamatorios, dietas en las que se reducen los hidratos fermentables, la dieta cetogénica… En siguientes entradas ahondaremos en este tema, explicando qué tipo de dietas terapéuticas se usan en cada caso. En mi web puedes encontrar la dieta baja en FODMAP que es una de las más utilizadas para SIBO o intolerancias. Algunas personas con ajustar un poco tienen suficiente. Otras necesitan individualizar más. En estos casos puede ser de ayuda consultar con una nutricionista especializada para intentar restringir lo menos posible y únicamente el tiempo necesario.

Además de revisar la dieta, hay que ver si alguno de nuestros estilos de vida está afectando a la función de nuestro aparato digestivo.

  • Espaciar las comidas. Esto es una medida especialmente importante en casos de SIBO/IMO. Dejar periodos de descanso entre comidas para que nuestro intestino pueda activar el complejo migratorio motor (CMM) y así limpiarse. En este sentido se recomienda:
    Dejar 4-5 horas entre comidas. Hay gente que tolera mejor el ayuno intermitente (dejar 12-14h entre cena y desayuno). NOTA: el ayuno o el espaciamiento de comidas puede ser más problemático en personas con desequilibrios hormonales o incluso con bajo peso. También es peor tolerado si se tiene insuficiencia pancreática exocrina o si no se tiene vesícula biliar. Así hay que adaptarlo a cada caso.
    Evitar comer entre horas alimentos que paran el CMM. Por ejemplo un caramelo interrumpe la limpieza durante 40-50min. Las comidas lo paran durante 1 hora y media o 2 horas. Los edulcorantes artificiales también activan centros en el cerebro que le hacen pensar que viene comida, por lo que también interrumpen el CMM
    • Durante estos periodos se puede beber agua, aunque hay que evitar beber grandes cantidades de golpe, porque si se distiende el estómago muy rápido del complejo migratorio se para. También se pueden tomar infusiones pero también despacio.
  • Sueño. Asegurar un adecuado descanso nocturno es fundamental no solo para el intestino sino para nuestra salud en general. Sin embargo, he de reconocer que esto no siempre es fácil en este caso, ya que el insomnio puede ser un síntoma del SIBO y otras disbiosis. En cualquier caso, hay que poner todo de nuestra parte e intentar que nuestra higiene de sueño sea la adecuada: evitar el uso de pantallas, crear una buena rutina diaria, que nuestro cuarto reúna las condiciones apropiadas, etc.
  • Ejercicio: también es importante para distintos ámbitos de nuestra salud y la salud digestiva no escapa a sus beneficios. La práctica de ejercicio mejora la calidad de nuestra microbiota, aumenta la diversidad, favorece el crecimiento de bacterias beneficiosas. Pero como en todo, el exceso no es tan bueno. NOTA: El ejercicio extenuante puede favorecer desequilibrios de la microbiota y parece que puede aumentar la permeabilidad intestinal. Si practicas este tipo de deporte y notas que tu intestino no funciona correctamente, consulta con especialistas que te guíen en su cuidado.
  • Manejo de estrés. El estrés es uno de los elementos que más empeoran la función digestiva por su impacto en el sistema nervioso autónomo. El manejo del estrés debería ser una de las principales herramientas en tu arsenal terapéutico. Más adelante te doy ideas. Pero si es un factor importante en tu caso, podría ser necesario buscar ayuda profesional.

En este escalón vamos a añadir medidas dirigidas a ayudar al aparato digestivo a cumplir su función. No son específicas para ningún trastorno concreto, pero pueden contribuir a mejorar los síntomas, ayudan en la digestión, pueden sanar la mucosa, refuerzan el sistema inmune, etc.   En algunos casos esto puede ser suficiente para reestablecer el equilibrio de la microbiota y casos leves de sobrecrecimientos podrían responder bien. ¿Y cuáles son las medidas incluidas en este escalón?

Favorecer la digestión. Recuerda que la digestión es un proceso complejo que implica la participación de distintos órganos por lo que se puede intervenir en distintos niveles. Cuál elegir depende de cada persona y un especialista debería guiarte según tus antecedentes, tus síntomas, etc.

  • Si hay sospecha o un diagnóstico de hipoclorhidria se puede tomar vinagre de manzana, una cucharada diluida en un poco de agua antes de las comidas, betaína HCl. Hay muchas marcas. En general se empieza con dosis bajas, 1 comprimido con una comida e ir subiendo día a día hasta llegar a un máximo de 2 comprimidos con cada comida.
  • La mucosa intestinal está recubierta de enzimas que digieren los alimentos. El páncreas también segrega sus propias enzimas. Si hay inflamación en la mucosa o el páncreas no funciona bien, hay suplementos de enzimas que se pueden probar. Pueden ser:
    • De origen animal: mejor tomarlas después de la comida
    • De origen vegetales: se pueden tomar antes o después de comer.
  • La bilis también es importante para la digestión. Es segregada por el hígado. Hay de suplementos que mejoran su función como las plantas amargas, colina, suplementos de bilis (oxbilie…)

Probióticos: son unos de los suplementos que más atención han recibido en los últimos años para la salud no sólo digestiva, sino para la salud en general.

Lo que los estudios muestran es que los probióticos pueden ser beneficiosos en muchos aspectos. Pero, el problema que yo encuentro en la práctica diaria es que todavía no hay protocolos establecidos sobre qué cepas utilizar, la dosis, el momento de iniciarlos. Los estudios son muy variados, muy heterogéneos (distintos tipos de cepas, duraciones de tratamientos, distintos resultados medidos). Con esto es muy difícil interpretar la evidencia existente. Por eso, el método que tenemos los terapeutas con nuestros pacientes para encontrar el mejor probiótico en cada caso es “ensayo y error”. No todos los probióticos funcionan igual en cada persona. Hay gente que con un probiótica nota una mejoría notable, mientras que otras personas no notan cambios o incluso refieren empeoramiento. Con el tiempo esto se irá perfilando y seguramente las guías serán más precisas a la hora de decirnos qué tipo de probiótico debemos utilizar y cuándo iniciarlos. Pero hasta entonces, lo que hacemos es recomendar los que en nuestra experiencia se toleran mejor y con los que vemos que mejores resultados se obtienen y vamos ajustando si en un caso concreto la respuesta no es buena.

Lo que sí que tienes que tener en cuenta si tienes SIBO/IMO o intolerancias y quieres probar a tomar probióticos, es que en muchos de las opciones que encontrarás se añaden prebióticos. Elige aquellos que no tengan lactosa, fructosa, FOS, GOS o inulina en la lista de ingredientes. No es que sean sustancias nocivas. Todo lo contrario, son comida para las bacterias buenas. El problema es que si hay sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado, estos prebióticos pueden fermentar, producir gas y dar más síntomas. Así que mejor evitarlos en estos casos.

También tienes que saber es que a veces es normal notar un repunte de síntomas porque nuestro intestino se tiene que adaptar. Por eso, si los síntomas son tolerables, intenta mantenerlos al menos dos semanas. Si después de este tiempo no mejoran los síntomas, puedes suspenderlo. Si se toleran bien se recomienda mantenerlos al menos 2 meses.

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HOLA,
SOY ANA

Médica especializada en SIBO

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Descárgate la guía para saber qué alimentos evitar y cuáles tomar libremente

Durante los últimos 20 años he trabajado en distintos hospitales haciendo una medicina que no me satisfacía plenamente.

Por eso ahora trabajo de manera diferente.

Trato de conocer al paciente de una manera integral para descubrir la raíz de sus problemas, identificar sus características únicas y así poder diseñar un plan acción individualizado, holístico y efectivo.

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