SEMANA 4
OBJETIVOS DE LA CUARTA SEMANA
OBJETIVOS
A estas alturas ya debes llevar unas semanas sin productos refinados, con una dieta antiinflamatoria y rica en fitonutrientes. ¡Enhorabuena! ¿Cómo te estás sintiendo? ¿Has notado mejoría en tus digestiones, en tu nivel de energía? ¿Has probado ingredientes nuevos? ¿Has añadido color a tus menús?
Comer bien siempre nos hace sentir mejor. Pero no solo dependemos de la alimentación para estar sanos. Tu cuerpo te agradecerá enormemente que cuides dos aspectos en los que nos vamos a centrar esta semana:
– El sueño
– El ejercicio
- SUEÑO
- ACTIVIDAD FÍSICA
Sobre el sueño he hablado en varios posts de mi blog. Te dejo aquí los links, para que los visites.
Desintoxicación, aprendizaje y ahorro de energía. Tres procesos que se producen en el sueño.
6 suplementos para dormir mejor.
Esta semana ponte un pequeño reto: intenta dormir al menos 7 horas. Define una rutina antes de ir a dormir. Especialmente, trata de desconectar de las pantallas, atenúa las luces y vete cerrando las tareas del día. ¿Has probado alguna vez a llevar un pequeño diario? Yo aprovecho el ratito antes de dormir para escribir 3-5 cosas que he hecho durante el día de las que me siento orgullosa. Y pienso en cómo me gustaría sentirme al día siguiente. Esta práctica tan sencilla tiene efectos realmente potentes si se hace de manera consistente.
Respecto al ejercicio, la idea es que añadas actividad física a tus rutinas. Si no sueles hacer ejercicio empieza con algo que te guste y te motive. Quizás sea el momento de apuntarte al gimnasio, o a esas clases de pilates, zumba, yoga, entrenamiento funcional, etc., a las que hace tiempo te querías inscribir, pero que no terminabas de dar el paso.
Si el ejercicio ya es parte de tu rutina, ¡enhorabuena! Trata de ver si al cambiar tu alimentación ha cambiado algo en tu nivel de energía, en la recuperación, en tus marcas. Recuerda que el cuerpo está continuamente en comunicación contigo. Escucha sus señales.
Añado un hábito extra pero que es igual de importante. En muchos casos, este simple (pero no siempre fácil) gesto genera una mejoría notable en las digestiones y por tanto, en la salud en general:
¡Comer despacio!
¿Has observado a qué velocidad comes? ¿Eres de los primeros que termina o de los últimos? Saborea bien las comidas, mastica bien, disfruta de cada bocado. Y ayuda a tu intestino a digerir. Son todo ventajas.
LA IMPORTANCIA DEL EJERCICIO Y EL SUEÑO
Según se va conociendo el genoma humano, salen más y más estudios sobre los genes. Hay ya distintos análisis genéticos que te indican el riesgo de padecer una u otra enfermedad. Y cada vez más gente me pregunta sobre esto en la consulta.
Mi respuesta ante esto es que, si bien nuestros genes son importantes, hay muchos otros factores que influyen en nuestra salud. Hay una frase que dice: “los genes cargan la pistola, el ambiente aprieta el gatillo”. Mi consejo: céntrate en lo que puedes controlar.
Y en este sentido existen muchas cosas sobre las que podemos actuar en nuestro día a día y que tienen un impacto enorme en nuestra salud:
– La alimentación, por supuesto, y la hidratación.
– El sueño y nuestra capacidad para relajarnos.
– Relaciones personales y apoyo social.
– Estrés y resiliencia.
– Ejercicio y movimiento.
En este programa tratamos en profundidad el tema de la alimentación. Sobre el estrés he hablado en mi blog. Promover relaciones sanas y crear una red de apoyo se escapa a mi área de trabajo, pero te invito a que reflexiones sobre esto y si lo necesitas, no dudes en buscar ayuda de especialistas.
En este documento quiero incidir en los otros factores sobre los que tenemos capacidad para actuar: el ejercicio y el sueño.
EJERCICIO
El ejercicio tiene un impacto importantísimo en nuestra salud. Lo solemos asociar a programas de adelgazamiento y a la imagen corporal. Pero sus beneficios van más allá:
Mejora el estado de ánimo, aumenta la sensación de bienestar, potencia nuestra confianza. Aumenta la secreción de serotonina, dopamina, endorfinas… todas ellas moléculas que nos hacen sentir mejor.
Disminuye el riesgo a padecer enfermedades crónicas. Numerosos estudios muestran sus efectos beneficiosos a la hora de prevenir o mejorar las enfermedades cardiovasculares, pulmonares, la hipertensión, diabetes e incluso el cáncer.
Ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre. Promueve el control del peso. Mejora la composición corporal.
Potencia el sistema inmune.
Aumenta el flujo sanguíneo, lo que lleva más nutrientes y oxígenos a los distintos órganos y sistemas.
Ayuda a eliminar toxinas a través del sudor, de la respiración y aumentando el flujo al hígado.
Ayuda a mantener unos huesos fuertes y reduce el riesgo a sufrir osteoporosis y fracturas. Mejora el equilibrio, importante en los ancianos para prevenir caídas.
Ayuda a regular las hormonas. Mejora el manejo del estrés.
Ayuda a dormir mejor (ojo, si se hace deporte muy tarde puede que nos active demasiado y durmamos peor).
